Decíamos en una entrada anterior que el ITAM era un villano favorito para el actual gobierno, en particular porque «encabezó el neoliberalismo que tanto daño le hizo a México». Y muchas personas creyeron ambas cosas. 1.- que era una tendencia dañina. 2.- que un pequeño Instituto Tecnológico al sur de la ciudad de México pudo más que todas las demás instituciones en el país.
Tal vez uno de los puntos de partida es que, en efecto, «neoliberalismo» suena tan mal, tan terrible, tan perverso. Es un buen villano para una película. Y más si quienes lo encarnaron en su última advocación fueron Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Monstruos que lograron acabar hasta con Mikhail Gorbachev y derribar a la URSS.
La verdad es que el liberalismo funciona. Y su vertiente moderna, el neoliberalismo, también. No son perfectos, pero dan mejores resultados que otros modelos. Siempre y cuándo se apliquen bien. Sus errores de implementación pueden ser verdaderamente dañinos. Y esos no son culpa del modelo, sino de su inadecuada aplicación.
Liberalismo porfirista. Funcionó.
Entre los antecedentes del neoliberalismo en México sin duda destaca el régimen de Porfirio Díaz (acá algo al respecto con más detalle). Con él pasamos de una nación que vivió constantes guerras civiles e intervenciones extranjeras a un periodo de paz. En él hubo amplia inversión productiva, creación de empleos, urbanización, mejora de la educación y la salud pública. Fue un gobierno que construyó o concesionó puertos, carreteras y vías férreas. Adoptó tecnologías “novedosas” como el telégrafo, el teléfono y la electricidad. Enfatizaba el estado de derecho, el combate a la corrupción y un sentido de nacionalismo, no ajeno al mundo.
También tenía una moneda que valía más que el dólar. Pagó totalmente la deuda externa y tenía superávit fiscal. Defendía la libertad individual sin descuidar el bienestar colectivo. Permitió la libertad de cultos pero acotó la participación pública de la poderosa Iglesia Católica. Fue ejemplo para el mundo. En fin, corresponde a lo que toda nación desarrollada le gustaría lograr -a pesar de pobreza, analfabetismo y otros problemas que aún prevalecen-: 30 años de estabilidad, crecimiento económico y desarrollo social. Nada mal.
Un gobierno que lograba todo eso podía fácilmente ser reelecto con base en sus resultados. Y si: tenía defectos, en particular en los liderazgos políticos regionales. Gobernadores caciquiles y violencia para reprimir opositores. No era perfecto. Acá enuncio algunos errores.
Objetivos del neoliberalismo.
El objetivo del liberalismo es buscar más oportunidades para todos, fortalecer las capacidades individuales con una visión de bienestar común, tener un gobierno honesto y una clase media cada vez más grande y fuerte.
Para ello, se basa en mercados libres con reglas claras, un gobierno relativamente pequeño que aplica la ley . Que no da apoyos generalizados sino focalizados en quien más lo necesita, bajo reglas claras y con rendición de cuentas. Confía en la libertad de las personas para tomar sus decisiones, en particular si cuentan con información suficiente para decidir.
El neoliberalismo de la década de 1980 surgió como respuesta a dos hechos: 1.- con el abandono del patrón oro a principios de 1970, los gobiernos pudieron gastar de más -particularmente tras la crisis petrolera de 1973-. Con ello dispararon la inflación. 2.- muchos de los programas sociales focalizaron los apoyos de gobierno en pequeños grupos con alto poder político.
Por ejemplo, el gobierno mexicano llegó a tener fábricas de lencería, bicicletas y sopa enlatada. A pesar de que perdía dinero en cada uno de ellos, la lógica era «preservar los empleos y fortalecer la industria nacional». Cuándo se vendieron o cerraron esas empresas y se abrió la economía, pudimos tener más variedad de lencería, bicicletas y sopa que cuándo la hacía el gobierno. Algunas más baratas, otras de calidad superior. Pero sin duda mejores productos que los ofrecidos antes.
En contraste, un sindicato (el de Electricistas) tras casi cien años de contrato colectivo tenía prestaciones insoportablemente altas para una empresa que perdía centenas de miles de millones de pesos brindando un servicio caro y malo: podían tener hasta dos créditos hipotecarios y cuatro automotrices sin intereses. ¿De verdad se requiere que un electricista tenga dos casas y cuatro carros subsidiados por el gobierno? Eran excesos.
Neoliberalismo en México.
Supuestamente el movimiento neoliberal, empezado en la práctica en 1979 en Inglaterra y 1980 en Estados Unidos, se adoptó en México hacia 1983. En parte, como respuesta a la crisis económica de 1982, que devaluó el peso 470% en un año. Incluyó que el gobierno vendiera o cerrara miles de paraestatales, que descontinuara programas de apoyos federales generalizados que distorsionaban mercados y que concentraban los beneficios políticamente. También que México se incorpora al GATT (Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio) y abriera una economía hasta entonces cerrada.
Eventualmente el país llegó a tener 157% de inflación en un año. Y gracias a la apertura comercial y la firma de tratados de libre comercio, México logró controlar la inflación, crecer económicamente y tener más mercados globales y más productos de consumo a menores precios. Nos fue bien. Pero nos pudo ir aún mejor.
En algunas otras naciones, el neoliberalismo dio mejores resultados: más crecimiento económico, más empleo, más desarrollo social y la creación de clases medias más grandes. Y no: ni Estados Unidos ni Inglaterra destacan. Por lo mismo que en México: no lo aplicaron totalmente. Siguieron protegiendo empresas y premiando a los que fracasan porque «son muy grandes para caer» (en particular bancos y empresas automotrices). Eso no ayuda. En cambio, Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Australia y, en nuestro continente, Chile y Canadá lo han aplicado. Mexico ocupa el lugar 70 en el ranking de libertad. Todos los demás han logrado crecimientos notables, basados en la libertad del individuo, la libertad de los mercados, y el estado de derecho bajo el imperio de la ley bien aplicado.
Errores del neoliberalismo
No es perfecto, pero… En la siguiente entrada señalaremos los errores que ha tenido el neoliberalismo, en particular en su aplicación en México.
Imagen de hoy: Ronald Reagan, Margaret Thatcher, y Mikhail Gorbachev en el Museo de Madame Tussaud en Londres por InSapphoWeTrust
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