Octubre, fin de temporada. A lo que sigue.

Octubre
Octubre

El tiempo no se detiene, obviedad que todos sabemos. Y también estoy seguro que ya notaron que octubre se terminó. Es normal, eso pasa y no hay mucho que se pueda hacer para que las cosas sean diferentes.

Lo que sí podemos hacer es aprovechar mejor nuestro tiempo, y lograr cosas importantes con nuestro tiempo.

Así que el cambio del mes en el calendario de pared no debería ser algo grave: pasa el tiempo y ya. Los criterios humanos, el tiempo del reloj y el calendario, son creaciones humanas. Para la naturaleza el sol sale cuando sale, no a las 7:30 de la mañana… porque es la hora.

Cierto: no es la primera vez que les escribo sobre eso. Acá hay un ejemplo. Y parece recurrente la cosa. Pero no…

Octubre se fue.

Se nos acabó el décimo mes (y eso que se llama «octavo»). Pero más relevante: se acabó una forma de ver la vida. De correr la rutina de ir, de lunes a viernes, a tomar el camión, llegar a la oficina, salir a comer rápido-rápido (porque hay que estar) y tomar el camión de regreso. Y eso todos los días, rutinariamente.

Ayer no: sí, tomé mi camión. Pero fue otra ruta. La que llega al Aeropuerto. Y me fui a trabajar un proyecto. En avión. En otra ciudad. Hoy les escribo desde Aguascalientes. En un ratito libre, entre días, tardes y madrugadas de trabajo. Porque hay algo más que llegar a la misma oficina a hacer el mismo trabajo, todos los días.

Y si todo marcha así, habrá más tareas fuera de rutina. De esas que implican tomar un avión, presentar cosas nuevas, impulsar a que más personas logren sus sueños… y avanzar los propios.

Porque este último día del mes es un final de temporada. Porque llega la oportunidad de hacer nuevas cosas, distintas, diferentes. Ya les contaré cómo nos va… y les escribiré desde distintas ciudades. O, al menos, ese es el plan.

Imagen de hoy: Octubre por DanaTentis (Pixabay)

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