¿Para dónde?

¿Para dónde vamos?

¿Para dónde vamos?

Pues hemos terminado esa etapa en la que no queríamos competir con el exceso de estímulos que ofrecían las campañas, las noticias, las redes sociales. Parece que el país no estará del todo en silencio aún, pero el estruendo masivo ha terminado. Es, pues, un buen momento para volver a las andadas aquí, en Dichos y Bichos.

Una de nuestras entradas más recientes (la del Teorema de la Imposibilidad de Arrow) fue por una petición de algunos de mis seguidores en Twitter, y debo confesar que pensaba escribirla al día siguiente, pero me paré entre dos y cuatro de la mañana a hacerla. En parte porque, tras tanto tiempo de no usar ni actualizar el blog, «se borró» y fue necesario reinstalarlo. Pero no podía irme a dormir sin dejar ese mensaje claramente establecido, y creo que les gustó.

Para muchos fue un descubrimiento, y vía Twitter, correo electrónico e incluso mensajes y llamadas me dijeron que les gustó mucho, que es muy claro a pesar de ser muy técnico y al final les resultó útil. Incluso apareció como un post invitado en el blog «La Visión del Extranjero«, en dónde recibió bastes comentarios -al menos, más que aquí-. Incluso, me pidieron que hablara más del tema o de temas de economía y política aplicada.

Dichos y Bichos pretende ser un espacio personal, ligero, un oasis en el que encuentren siempre algo interesante que leer, pero que a su vez me aleje de mi trabajo cotidiano; y además, que se publique a diario en textos breves y sencillos. Pero también noto un fuerte interés en que abordemos temas más técnicos o sofisticados, de mayor extensión y detalle. Claro que a quien le interese algo así puede leerme en Código Topo, revista del periódico Excélsior. Aunque también la periodocidad de una vez al mes no es lo que quieren.

Por supuesto, en una encrucijada como ésta la mejor solución es preguntar a los lectores. ¿Quieren que hagamos posts más técnicos aquí, o bien que abramos otro blog con ese perfil y que aquí presentemos un resumen de lo que pueden leer a detalle -y con menor frecuencia- allá? La decisión es suya. Regálenme un comentario a favor (o en contra) de su alternativa preferida (o la menos gustada). Ya les diré para dónde nos movemos.

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