Pensando en los demás, actuar también por uno mismo

Pensando en los demás
Pensando en los demás…

Concluyó julio con buenos resultados. No me puedo quejar, creo que es un mes que dejó logros importantes. Pero haciendo el balance, tal parece que me la pasé pensando en los demás y ayudando a muchas personas a lograr sus metas… Pero me faltó hacer más énfasis en actuar por mi mismo y para lograr mis propios objetivos.

Algunos recordarán que les había planteado hace algunos años, justamente en mi cumpleaños, el llamado «Manifiesto de Don Quijote» (que pueden revisar aquí). Allí establecí, entre otros objetivos, la declaración de que «El interés principal en esa tarea será que más aspirantes se vuelvan autores; que los autores publiquen; que los autores publicados vendan más y que los autores publicados que venden puedan vivir totalmente de su trabajo de escritores. Es un proceso ascendente.»

Y durante julio avancé en ello, pero a costa de lograr mis propias metas.

Pensando en los demás…

Es decir; en pocos meses había logrado ayudar a autores a terminar sus libros. Si, todos los meses ayudaba a avanzar a alguien. Es realmente atípico haber podido ayudar a que cuatro autores terminaran sus obras y publicaran. Sea en papel o en digital, en ediciones vía Amazon o publicación «on demand». Pero cierro julio con cuatro autores recién estrenados, y eso me llena de gusto.

Y más por el hecho de que casi todo fue a la distancia, por la pandemia. Algunos quedaron muy sorprendidos con el hecho de poder ver a «sus hijos» en papel después de tanto tiempo de haber soñado con ellos. Otros quedaron ligeramente decepcionados: son casi perfectos, pero el tono en la portada no es exactamente el que tenían en mente. Si, los colores impresos son menos vivos que en la pantalla, ni modo.

Lo relevante es que pudieron tener en sus manos a sus pequeños libros. Algunos ya tenían hijos -o van a tener pronto- por lo que solo les falta sembrar un árbol para lograr aquella meta que dice el refrán, de que «para trascender en la vida hay que escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol», lo que se refiere a dejar una idea a la posteridad, tener descendencia que continúe con la vida cuándo no estés en ella y dejar el mundo un poco mejor.

Aunque sé que hay algunos que «escriben en un árbol, tienen un libro y plantan un hijo». Y no hacen mucho más con ello.

… actuar también por uno mismo.

Aunque el costo de estar pensando en los demás fue no avanzar en mis propias metas. Una novela que debía estar publicada el 1 de agosto aún va a la mitad. En parte, porque el trabajo que aporta los ingresos en casa requirió más tiempo del programado. En parte, porque avanzar lo proyectos de los demás requirió más recursos de los que había pensado, tanto en tiempo como en dinero.

También porque las circunstancias personales se complicaron: hubo menos tiempo para hacer ejercicio, por ejemplo; y eso contribuyó a detener la baja de peso. No debemos dejar de lado que buena parte del encierro por la pandemia está pasando su cuota anímica. Es decir, hay tanto por hacer pero no puedes hacerlo con otras personas. O se hace a distancia.

Por ejemplo, hace mucho tiempo que no puedo salir con mis primos. Es cierto, nunca como ahora habíamos tenido siete horas de charla al hilo. Pero en videollamada. Así que por fuertes que sean los diálogos y emociones, no es igual que hacerlo en persona.

En fin, que ahora que empieza agosto debo conseguir un poco más de tiempo y disciplina para hacer no solo lo que me toca en pro de otros autores, sino para avanzar en mis propios proyectos. Ya les tendré al tanto de lo que se logre… o de lo que no. Les pido que no me dejen de recordar que está bien darle a los demás, pero que también hay que darse a sí mismo.

Imagen de hoy: Pensando en los demás by Free-Photos (Pixabay)

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