Quejumbroso y chillón, me dicen…

Quejumbroso
Quejumbroso y chillón

Uno de mis asiduos lectores se quejó recientemente. Dice que ando «demasiado quejumbroso y chillón estos días» y que ya no le deja nada bueno leerme. Tal vez tiene razón, porque un par de suscriptores de viejo cuño se dieron de baja del boletín, sin comentar nada. Sí, acepto que hace tiempo no les doy reseñas de libros o películas; no he hecho consejos prácticos.

Para colmo, ni siquiera publico en tiempo y forma. Sí, hay entradas de lunes, miércoles y viernes; pero salen todas juntas o en días y horarios distintos, lo que las hace difíciles de leer o de seguir. Y muchos de los que ven publicaciones en Twitter son de «Clásicos de Dichos y Bichos», que no son precisamente entradas recientes, pero si de los temas en que se habla.

Les había dicho en la página sobre el autor que este es mi blog más personal, el que quiero alejar de mi trabajo profesional o de mi labor cotidiana. Por eso, más que asomarse a un libro de apuntes o guía práctica, es como asomarse a mi diario. Ese el el mérito de este sitio, si es que alguno tiene.

Quejumbroso como bebé.

Acepto la acusación: llevo unos días -o varias semanas en realidad- quejumbroso como bebé, dudoso y sin claridad. Y sí: tiene que ver con temas personales, algunos de ellos que no puedo (o más bien, no quiero) comentar aquí y ahora, porque, como dicen en el ambiente judicial, «son eventos en marcha y pueden cambiar».

Algo si les puedo decir: tienen que ver con mi vocación y mi trabajo. Y acaso me recuerdan aquel capítulo de Los Simpson, en que Homero por fin tiene la posibilidad de renunciar a su trabajo en la Planta Nuclear y dedicarse a los bolos. Aunque gane menos, ser más feliz.

Pues es algo parecido lo que estoy viviendo: ¿debo dedicarme a lo que realmente me gusta, y apostarle a tener éxito monetario a partir de ello? Sin duda. Ese es, ese debe ser el camino. Pero el día a día, las necesidades de los hijos y las obligaciones de adulto ponen límites a ello. Y eso me hace estar «quejumbroso y chillón». Ustedes disculpen, es una etapa. Que pronto, de un modo o de otro, cambiará.

Imagen de hoy: Quejumbroso por TaniaVdB (Pixabay)

Comentarios cerrados.