Hay retos que te frenan y retos que te estimulan. Y saber cómo lidiar con ellos es una capacidad que puede ayudarte a triunfar en la vida. ¿Te detiene el estrés o te estimula? ¿Te paraliza el miedo o te impulsa? Cualquiera de las dos condiciones, tendrán repercusiones en tu vida.
Si, el reto que representa el NaNoWriMo no va bien. Ahorita debería estar en las 25,000 palabras. Apenas he rebasado las 6,000. Es el equivalente a tres días nada más. Y a pesar de que llevo meses esperando y preparando, el día a día me está comiendo. Eso y el rol de ML, que ha sido más complicado de lo que creía.
No por otra cosa: requiere más tiempo. Por ejemplo, enviar los souvenirs para el evento en Mérida del día 19 de noviembre no me tomó los 10 minutos calculados: fue casi una hora y media. Claro, porque de enviarlo por mensajería está muy cerca de la casa… pero costaba 10 veces más. No es para tanto.
A final de cuentas, no está fluyendo el hábito del que les hablaba a mediados de octubre. Si, tengo amigos invitados que ya van para las 30 mil palabras, y que calculan que llegarán a las 75 mil. Yo… espero acabar.
Retos: los que vienen.
Pero no contento con ello, sigo recibiendo más tareas, proyectos y retos. Porque los retos tienen una capacidad que no puedes dejar de lado. Hay tanto por hacer que las prioridades se me hacen bolas… hasta que alguien da una motivación correcta para lograr las cosas.
Asumámoslo: hay retos que te motivan. Como los que acabo de aceptar. Otros, como acabar el NaNoWriMo vienen de uno mismo -y de un poco de presión social, supongo-. Otros más porque pican el orgullo, o la curiosidad. Todo pasa por algo.
En fin, sigamos avanzando en los retos. Y pronto les compartiré cuáles son y qué logramos en cada uno de ellos. Estén pendientes y gracias por leer, que es todo un reto también hacer estas entradas.
Imagen de hoy ser...
Abrazo, Necioso.
Usted puede!
Seguro que si… (llora en un rincón, y luego sigue hasta la meta)