Saben que estos últimos meses han sido la oportunidad de encontrarme o de conocer amigos y colegas escritores. En parte, por mis propios trabajos. En parte, por las obras de terceros. Ya hemos reseñado «Punto de Quiebre» y «Entre Mundos«. Y hoy hablaremos de «Ser Azar».
Siguen pendientes otras dos obras que pronto analizaremos en la sección «de mis lecturas» de Dichos y Bichos. Pero al menos una de ellas ya participó en las «Visitas Literarias» y pronto anunciaremos cuando tendremos la próxima visita.
Y en esos eventos hay tres nombres que se repiten constantemente: Inés Récamier, Cristina Liceaga y… Julia Santibáñez. Con una peculiaridad: Julia es la más ocupada de los tres. Jurado en premios, dictando conferencias, presentando libros, escribiendo… La verdad es que de este póker de autores es la más alta carta.
En parte porque participa en una disciplina que, al menos a mi, me parece más complicada y una de las formas más altas de la literatura: la Poesía. Julia Santibáñez es una poeta… y muy reconocida y premiada, por cierto.
La poesía y yo.
Confieso que con la poesía me pasa lo mismo que con el cine de terror: No me gusta mucho, no por sí misma, sino por los efectos que produce. Si es mala, mal hecha o se apoya en algunos recursos predecibles -la música estresante en el cine de terror, ciertas metáforas en la poesía- me da coraje perder mi tiempo. Y ocurre la gran mayoría de las veces. Por el contrario, si me mueve las emociones, me descontrola mucho. Que un pequeño texto te mueva tanto. Eso es una pequeña minoría de las ocasiones. Y lo faltante es un limbo emocional: no está mal, pero no me movió. Luego, no vale tanto la pena.
Aún así, entre mis textos favoritos -y algunos que me sé de memoria, o que definen cosas clave en mi vida – hay poemas de Benedetti, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, López Velarde, Ruben Darío, Amado Nervo, Octavio Paz y Lord Byron. Durante mi viaje a Chile, hice el esfuerzo de ir a Isla Negra, la casa de Neruda -lo que me costó no ir a Mendoza a beber vinos, por ejemplo-.
Pero decidirme a leer poesía… No me es fácil. Prefiero otros géneros. Novela. Divulgación de la ciencia. Historia. Política… casi todo, menos poesía. Y entonces, casi por azar… me llegó «Ser Azar» por cortesía de Julia Santibáñez, a quien había tratado en Twitter mucho tiempo antes de conocerla en persona -sin ubicar que era la misma persona-.
Ser Azar. Una reseña.
Los textos en Ser Azar son breves, casi aforismos. Figuras suficientemente grandes para poder describir una escena o una emoción, pero no más grandes. Agrupados de tal manera que hacen una historia coherente en un texto completo, pero a la vez suficientemente autónomos para poder entenderse solos.
Me encuentro con textos de una autora que logra mover las emociones y no con recursos predecibles o simples. Con un manejo inteligente y sensible del texto breve. Pinceladas suficientes para esbozar la imagen, y hacerlo de manera que se percibe completa y emotiva. Como le dije al oído la última vez que la vi: «Julia, lograste conmoverme».
Es un libro breve, con textos breves pero con una fuerza que no deben perderse. Pequeños pero insinuantes, atronadores, hermosos, bellos. Poesía potente de alto alcance. Me emociona.
Poemas seleccionados.
Por ejemplo, vean en este texto la capacidad de hablar de la humillación y la tristeza, del desamor y la farsa de forma potente y ligera.
D. FARSANTE
Me arrojan al centro de la arena. Comienza la función.
Con pelotas de utilería
y nariz de payasoimprovisada
trato de hacer lo que me toca, pero doy pena.
Me tropiezo entre sudores
y el traje varias tallas más grande.Nadie se ríe. Ni siquiera tú.
Muchos saben que escribo novela. Ensayo breve. Textos para el blog. Y porque escribir «largo» y con ideas me parece más fácil que escribir «corto» y con emociones. Y no, tampoco me caen del cielo los poemas. Pero yo no los persigo. Se requiere un tipo de talento del que yo carezco y del que Julia abunda. Vean este otro ejemplo:
RASTRERA
A mí no me caen del cielo los poemas.
Los persigo a ras del suelo. Se escabullen.
Acá el último texto, brillante por lo breve y los tres o cuatro sentidos que encierra en tan pocas palabras:
PROFECÍA
Ven. Seremos.
¿Vieron que joya, miniatura potente y de múltiples facetas? Me gustó el trabajo de Julia. Si, la poesía no es lo mío. Pero la obra de Julia si. Espero leer más de su trabajo muy pronto.
Y ya saben: si quieren este libro, lo consiguen en Amazon, Amazon México o en algunas librerías (como El Péndulo Roma y la Rosario Castellanos del FCE). O bien pueden pedirlo haciendo click en la siguiente imagen:
Imágenes de hoy: Cortesía de Julia Santibáñez