Star Wars VII: Armando la nueva saga

X-wing por partes...

X-wing por partes…

Veo con sumo interés y agrado que hubo un cambio en la planeación del episodio VII de la saga de Star Wars, primero desde que George Lucas vendió su creación a Disney: se planteó un cambio de guionista y otro momento en el tiempo para retomar la saga.

Para quienes no la conozcan -o para quienes la conocen demasiado bien, y puedan entender nuestro argumento-, Star Wars es una mezcla de película de vaqueros, documental de la segunda guerra y cuento tradicional ubicada «hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana». Su mérito, en su momento, fue que presentó una serie de técnicas de filmación innovadoras (la cámara se movía, no los modelos a escala; esto daba una fotografía más fluída y realista), ideas creativas -todas las cosas se veían usadas, viejas y oxidadas; no era la visión «ideal» de un futuro perfecto, sino de un futuro usado-, tenía elementos de historia y filosofía -buena parte de su diseño era con base en documentales de la segunda guerra mundial, y parte de la filosofía detrás es el Taoísmo- y una banda sonora con una orquesta sinfónica completa, lo que era atípico en películas «del espacio». Además, su creador pensó por primera vez hacer juguetes basados en la película como un complemento a los ingresos. Total, es una idea revolucionaria.

En ella se narra en seis episodios la vida de Anakin Skywalker, un pequeño niño de un planeta desértico de las afueras del universo quien nació sin papá (si, su mamá se embarazó «así nomás»), es admitido en una orden de monjes guerreros -los Caballeros Jedi-, se enamora, se casa y tiene hijos (lo que estaba prohíbido), queda viudo y, en un intento por salvar a su esposa, se entrega al «lado obscuro» en dónde llega a ser el segundo ser más poderoso del Universo, a pesar de ser mitad robot (Darth Vader). Los hijos Luke Skywalker y Leia Organa, que él asume murieron en el parto, y sin saber de su relación familiar, entrenados por el antiguo maestro de su padre, lideran la rebelión en contra del Imperio Galáctico. Luke es tentado por el mismo «lado obscuro» y prefiere morir a manos de su padre que ceder; sin embargo, es salvado por su hermana. Organizando la Rebelión y combatiendo fieramente ganan la guerra, redimiendo a Anakin en el camino, quien muere como hombre y con el afecto de sus hijos. Toda una tragedia griega que, al empezarse a contar en el episodio IV de 6, y luego volver al I, II y III hizo una revolución en el cine de 1977 a 2005, y posteriormente en una caricatura para televisión.

Ya hemos hablado de ello en Dichos y Bichos. Insisto, su importancia en la cultura pop radica en que tomó elementos conocidos -documentales de la Segunda Guerra Mundial-, personajes interesantes -el niño de noble cuna que nace pobre y debe descubrir su verdadero origen y ser leal a él, Luke-, filosofía profunda -El taoismo y su visión de que hay bien y mal en constante batalla del que hablamos en Es TAO Wars-, música orquestal magnífica y masiva (lean ¿Música Clásica? Ve al cine…) y un enfoque diferente sobre jugar con «soldaditos» -los soldados del imperio son clones, por lo que son idénticos entre si- y a que ha durado 35 años presentándose y representándose. Por ejemplo, hay un par de adaptaciones del popular juego Angry Birds hacia el universo de Star Wars, que esta navidad estuvieron como juguetes físicos muy de moda. Y creo que con la participación de Disney, aumentará la comercialización de sus productos.

Pues bien, en la nueva trilogía de la saga… deberé contarles en otro momento, que se nos acaba el espacio por hoy. Digamos, en nuestra siguiente entrada.

Imagen Creative Commons License Mike via Compfight

Comentarios cerrados.