23 grados

Summer street, Montreal 
Recientemente visitamos Bahías de Huatulco. Ciertamente no es tan espectacular como Can-Cún o tan popular como Acapulco. Pero tiene un encanto especial: es un desarrollo ecoturístico pero de alto nivel. Esto es, tiene 7 bahías, cuatro de ellas declaradas parque nacional. En una de ellas se puede hacer ecoturismo sustentable: se acampa en la playa, con baños ecológicos cercanos. En otras tres hay hoteles y condominios de alta gama, todos certificados por su manejo ecológico. La temperatura era de 23 grados.

Me llamó la atención que incluso verifican el tipo de bronceador que puedes utilizar: sólo aquellos que son biodegradables y/o base agua son permitidos. Esto para no dañar el entorno. Cuándo se empezó el desarrollo turístico, lo primero que se consturyó fueron las plantas tratadoras de agua. El atractivo principal es el snorkel y la pesca deportiva bajo el formato de «Catch and release»: sacas tu pez, tomas tu foto, lo regresas vivo al mar. Hay ballenas, delfines y tortugas -vimos estos dos últimos- y en los hoteles toda la basura se separa.

Otro detalle notable es que fuimos a un espectáculo en el hotel, y cuándo el conductor preguntó cuántos venían de Estados Unidos, nadie, absolutamente nadie levantó la mano. Casi la mitad del público era mexicano (DF, Estado de México, Monterrey y Guadalajara principalmente, con algunos de Oaxaca, Guerrero y Chiapas y alguien de Zacatecas y Chihuahua), un par de familias de sudamericanos -Chile y Perú- y más de la mitad del público eran canadienses. Los había de todas y cada una de las provincias, con contingentes destacados de Saskatchewan y Quebec, pero incluso de Príncipe Eduardo o Nuevo Brunswick. De todas las provincias canadienses. Y luego nos enteramos que la mitad de los vuelos internacionales que llegan a Huatulco son vuelos directos desde Canadá.

De hecho, me llamó la atención y platicando con algunos de ellos me enteré que lo que más les atrae es ir a un destino de playa de alta gama que es también ecosustentable. Hay tres destinos en el mundo con esa certificación: uno en Australia, uno en Nueva Zelanda y Bahías de Huatulco, único en América con ese título. Nada mal y un motivo más de orgullo, algo que deberíamos presumir más. Además, claro, que la calidad de la comida y la atención también son atractivos para ese mercado.

Pero no, la verdad es que no me dijeron su motivo real. Y me enteré de él por mi amigo Luis Arias, que está vacacionando en Montreal con su familia. Hoy esa ciudad amaneció a menos 23 grados. Si, 23 grados bajo cero. Y Huatulco a 23 grados. 46 grados de diferencia  que justifican emigrar al sur. Y más cuando el destino, como Huatulco, vale la pena, es ecológico y con toda la gama de diversión y descanso que busca un viajero más sofisticado que no le importa no ir al Mall La Isla, el show de Coco Bongo o beber cervezas con el burro de la Roqueta hasta que uno de los dos caiga ebrio. Un viajero como los canadienses. O ciertos mexicanos. Y para convencerlos de ir, así se ve el paisaje…

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Imagen de hoy de Montreal por Stephane Venne via Compfight y foto de Huatulco por @gjsuap

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