Avanzaremos como vamos, pero ¿hacia dónde?

Avanzaremos ¿Hacia dónde?
Avanzaremos ¿hacia dónde?

Se acabará otro mes y la pandemia del coronavirus ni se acaba ni se amaina siquiera. Seguimos, como cada semana, «en el pico máximo» -para lo mismo decir la siguiente semana-. Pero, pese a todo, avanzaremos en los objetivos que nos habíamos trazado a principios de año.

Es cierto, algunos se tendrán que modificar. O cambiar de fechas. Otros tal vez se tengan que abandonar. Unos más, requieren ajustes. Lo importante es que no se está perdiendo el tiempo: seguimos avanzando.

Y eso es lo relevante: que, incluso, ante las dificultades, no nos frenemos. Es lo que decía Winston Churchill. «Éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo». Esa y otras cosas de sus actitudes las recordábamos acá. Y hoy parece un buen día para visitarlas nuevamente.

Avanzaremos como vamos

Viene esto a cuento porque, entre las cosas que había dejado archivadas al momento de empezar esta «situación especial», me encontré una pequeña hojita de los compromisos que había hecho conmigo mismo -y con una de mis coachs de vida- en enero como objetivo para los primeros meses del año. Y justo ahora que reacomode cosas, brincó para perseguirme.

Algunas, como las metas de enero, febrero y abril se lograron. Y se quedaron permanentes. Incluían dejar el pan, dejar refrescos, ir a la oficina en bicicleta. Todas cubiertas. Claro que la pandemia obligó a dejar de ir a la oficina y, en vez de bici, hay máquina para hacer ejercicios en casa.

La de mayo y junio se cancelaron por la misma situación: No es posible hacer un viaje a la playa -y menos como resultado de un concurso que se canceló por la pandemia-. La de julio también está en suspenso, por la misma situación de la pandemia.

Agosto y septiembre aún están al alcance, aunque habrá que ver si el tiempo, el dinero y la circunstancia permiten que se logren. La de octubre y noviembre se ve que pueden avanzar sin problemas, y es posible que la de diciembre se logre incluso antes.

Así pues, algunas de las metas ya se lograron; otras se tendrán que retomar. Incluso, hay otras que han cambiado. Por ejemplo, además de tener la ecobici y haberme comprado mi casco y un asiento más cómodo que le puedo poner en cada viaje, ya pude recuperar una bicicleta que tenía y usaba bastante… y que encontré arrumbada en casa de mis papás. Localicé también un taller que pudo ponerla a tono con poco tiempo y dinero. Así que agosto incluirá hacer ejercicio en la bicicleta, haya o no viaje a la oficina.

¿Hacia dónde?

Además, había otras metas que parecían lejanas y ya se lograron. La circunstancia también ha sido positiva y ha añadido buenos logros también.

Y aunque el rumbo no está totalmente claro -por la circunstancia de… la pandemia (¡Ah, que gran pretexto!) hay otras metas de largo plazo que están funcionando mucho mejor de lo esperado.

Por ejemplo, este año entre libros propios y de clientes, estamos por presentar el séptimo en lo que va del año. A pesar de que ha sido un año complicado. Pero al menos he podido cumplir la meta que sugerí en aquel «manifiesto de Don Quijote» publicado originalmente en… 2016. Bueno, pues ya lo logramos.

Aunque en otros temas, parece que seguiremos corriendo a contraflujo: tu tienes un objetivo, pero otras personas tienen otro. Tú estás listo para hacer tu parte, pero hay quienes siguen atrincherados en casa y no se ve para cuándo vayan a asomar la nariz a la calle -aún con cubrebocas-.

Hay amigos y amigas que añoro ver, pero no será pronto. Y otros que han cambiado de rumbos y de objetivos, y están ya lejos lejos. Pero seguirán en los afectos… en tanto así lo quieran.

Todo parece indicar que esta semana (o a más tardar la próxima) les tendré una grata, gratísima sorpresa. Estén pendientes… Porque parece que el camino no está del todo claro, pero al menos si sabemos hacia dónde ir.

Imagen de hoy: Avanzaremos por Alexas_Fotos (Pixabay)

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