Cartero, apúrese por favor con esas cartas…

Cartero, ¡apúrese!

Cartero, ¡apúrese!

A raíz de una entrada anterior en la que les proponía mi plan de que escribamos juntos un libro por correo, pasaron dos cosas curiosas. De un lado, me llegaron voluntarios y muchas preguntas de personas interesadas. Del otro, pude platicar con el cartero del rumbo sobre su oficio y lo que viene.

De entrada, les recuerdo la idea: es enviarnos unas 10 cartas,  a raíz de una por semana (o cuándo llegue la respuesta). El proyecto considera cuatro meses, unas 12 semanas para su ejecución. Las cartas son de unas dos a tres hojas -seis páginas cada una-. La idea es, al final, compilarlas en un pequeño libro cuyo mérito sera… que está hecho de cartas y que se publica «como vienen», esto es, sin edición, captura o retoque. De hecho, se espera que vengan con tachones y enmendaduras «naturales».

Al final, se espera tener un libro escrito «a varias manos» y que sea interesante de leer y a la vez que se haya «enviado por correo». Veremos si se pone a disposición como e-book o únicamente como impreso. Y si, alguien me sugirió que buscara a Correos de México para proponerle la idea, a ver si lo patrocina.

Hasta el día de hoy, tres personas ya me dijeron que si le entran y me mandaron sus direcciones. Si todo marcha bien, este mismo miércoles o jueves saldrá la primera carta. Otras tres personas ya me dijeron que les interesa, pero «van a ver» si tienen tiempo.

Objeciones frecuentes

Aquí las respuestas a las objeciones más frecuentes:

  • «No tengo tiempo». En realidad, escribir la carta y enviarla debe tomarte poco menos de una o dos horas cada diez o quince días. Es manejable.
  • «No soy escritor». Es parte del mérito de la idea: es para todos. No hay que ser escritor; basta querer contar algo de manera coloquial, como hablando a un amigo.
  • «Mi letra es fea». No importa… tanto. Recuerda que la intención es que se lea tu letra, no una cuidadosa mecanografía.
  • «No tengo dinero». Una carta es tres o cuatro hojas, un sobre y el porte. Unos $20 o menos de cada envío. Serán unos $200 al final del ejercicio distribuidos en tres o cuatro meses. No es mucho.
  • «Tengo tanto qué hacer». Te creo. Yo también. Y precisamente me puedes contar del avance de tus proyectos. A final de cuentas, de eso se trata esto de escribirnos.
  • «No voy a acabar». Es sencillo:  a partir de que recibas una carta, tienes una semana para contestar. Pero no hay límite de tiempo un control detallado de qué tan cumplido eres. Recuerda: lo importante es juntar al menos 10 cartas de cada participante.

Dudas frecuentes

Además de las objeciones, también

  • «Hay cosas que no quiero que se sepan». No se apuren. Las direcciones NO se publicarán en el libro, ni se compartirán con nadie. Recuerden que, si al final quieren contarnos de su vida sexual o el número de tarjeta de crédito con todo y NIP, es su decisión… pero recomiendo no tocar ninguno de los dos temas a detalle.
  • «Me vas a cobrar por participar». No, nada de eso. Cada quién corre con sus gastos de envío de las cartas, y yo asumiré los costos de formación del texto final. Si al final imprimimos… será otra etapa.
  • «Te vas a hacer rico con mis textos». No creo que haya muchos lectores para este tema; pero si los hubiera, las ganancias se repartirán entre los participantes tras un pequeño costo administrativo que NO pagarán: se tomará de las ganancias -si las hay-.
  • «Quiero mi libro impreso». Si, al final, decidimos imprimirlo, todos los participantes podrán comprar ejemplares al costo. El precio al público será más alto sin duda. Y si se queda como un libro electrónico, lo recibirán sin costo.

Cartero, ¡apúrese!

Precisamente ayer me encontré al cartero que atiende la casa. Nos vimos en la calle y platicamos del proyecto. Quedó de apurarse a entregar las cartas que lleguen. Y sí, se emocionó: a final de cuentas, la gran parte de lo que traía para repartir ese día eran estados de cuenta de servicios -principalmente Telmex-, estados de cuenta bancarios, cartas de despachos de cobranza, algunas revistas y propaganda. Nada importante o personal. Así que le latió la idea.

Hasta ahorita, hay participantes de CDMX, Nuevo León, Veracruz e Irlanda… (Si. Irlanda). Sospecho que esta última participación será la más rápida; más que el correo nacional. Y no es por malinchismo: recuerden que hay normas internacionales que regulan a los correos nacionales. A ver qué pasa.

Me llamó la atención dos cosas: uno, que ubicaba que fui a poner los libros en el Palacio Postal la semana anterior. Me vio en la ventanilla y quería saludarme, pero le entró la duda si era yo o no. Dijo que hasta entró a buscar el paquete para ver si era yo. Y aunque pensó que los mandaba a Monterrey, Nuevo León, le aclaré que se fueron a León, Guanajuato. Nada mal su memoria para algo incidental de hace una semana. Y dos, que está contento. «No quiero que se pierda mi trabajo y me gusta entregar cartas personales».

Así que… Apúrense. Quiero ir a poner las primeras cartas mañana mismo. Así que el registro para la primera etapa lo cerramos hoy en la tarde. Ya saben, pueden apuntarse por e-mail o mensaje a través de las redes sociales…

Otra idea

Y ya para acabar: Hay quien me dice que les está latiendo lo que hago con Clara Sandra Solía Soñar, eso de publicar un capítulo semanal en el sitio web. http://clarasandra.com por si no lo han visto. Y me sugirieron que por qué no las mando por correo también. Como una novela «de folletín» del Siglo XIX. Va. Si les late, haremos la propuesta vía suscripción. Pero para que valga la pena requerimos al menos 10 suscriptores.

Y también me pidieron que ofrezca versiones «de pasta dura» de algunos de los libros. Igual, si lo puedo hacer… vía pre orden. La piden, la pagan… y la reciben en un par de semanas. Si junto suficientes interesados, las preparamos. Pienso precisamente empezar con la versión multimedia de Clara Sandra solía soñar.  ¿Alguien la quiere?

En fin. Si se encuentran a su cartero -si es que aún lo ubican- díganle que van a recibir cartas personales que les interesa leer pronto. A ver qué les dicen. Creo que se van a emocionar mucho. ¿Alguien se suma?

Imagen de hoy: Creative Commons License Shannon McGee via Compfight

2 comentarios

  1. Pingback: Despacio que voy de prisa, dicen... | Dichos y Bichos

  2. Ya salieron las primeras cartas. Aún están a tiempo de sumarse al proyecto… Contáctenme para más detalles.

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