El contraejemplo

de miedo...

de miedo…

Hace algunos días en una entrada les sugerí que «no le hagan click al botón de «me gusta» de Facebook». Pueden leer esa entrada llamada NO al «Me Gusta». La idea es dejar de alimentar al «robot» que determina qué publicidad y qué ligas les servirá primero, tratando de «adivinar» sus gustos. La gran mayoría de los que vieron la entrada aquí o en el Face decidieron hacerle caso y me han reportado buenos resultados. Otros dicen que no notaron cambios, que sigue siendo «igual de malo». Y algunos dijeron tras bambalinas que «tratar de limitar una red social es absurdo» o «hacer esa tontería es no entender la naturaleza de Facebook» -saludos, MM-. La verdad es que, tras casi dos semanas del experimento y decenas de ustedes intentándolo, el resultado en general es positivo.

Pero la ciencia se basa en probar las hipótesis. Y la alternativa a dejar de usar el «me gusta» es darle «me gusta» a todo. Por supuesto, no tengo ganas ni interés de hacer el experimento yo mismo, pero no me opongo a que alguien más lo haga. Y encontré en el portal Wired alguien que lo hizo: Mat Honan le dio «me gusta» a todo por 48 horas, con resultados desastrosos…

Literalmente, le aplicó el botón de «me gusta» a absolutamente todo lo que Facebook le ponía en su muro: publicaciones de amigos, publicidad, ligas de noticias… a todo, le gustara o no le gustara, estuviera de acuerdo o no. Eso incluyó noticias de nacimientos de hijos de sus amigos o incluso de accidentes o muertes; al bombardeo en Gaza o a los productos milagros; a publicidad de juegos o a desplegados políticos, a noticias de espectáculos o fotos de animales sangrantes de activistas en contra de la crueldad. A todo.

Dice en su historia: «Hay una forma muy específica de mensajes en Facebook que procura hacerte interactuar. Y si picas la carnada, te la mostrará al extremo». Empezó con una liga  sobre un juego de ganaderos. Y las siguientes cuatro fueron sobre crianza de vacas, veterinarios y alimento para ganado y de allí se siguió con temas de animales y…

Al final de la primera noche, su muro tenía las siguientes fuentes: Huffington Post, Upworthy, Huffington Post, Upworthy, un anuncio de Levi’s, Space.com, Huffington Post, Upworthy, The Verge, Huffington Post, Space.com, Upworthy, Space.com. Ni un humano, ni un amigo, ni nada reconocible. Entonces, aprobó una noticia sobre la «victoria» de Israel sobre los terroristas de Gaza al bombardear y destruir un túnel «terrorista». Y las cosas se pusieron feas durante la noche.

Sin embargo, notó que en la versión móvil, comparada vis-a-vis con la versión de escritorio, seguían predominando los contenidos humanos… que estaban ausentes de su versión de escritorio. La que, por cierto, empezó a volverse mucho más extremista, incluyendo páginas antiinmigrantes o que pedían prohibir las prohibiciones de armas, y al mismo tiempo posiciones anarquistas y antiglobalizadoras. La extrema izquierda y la extrema derecha, separadas en bloques de dos o tres entradas a la vez -y porque los ataques de un lado se transformaban en menciones a favor del otro lado. «ya no hablamos al otro, hablamos del otro; ya no hay diálogo» señaló.

¿El resultado final? Para mediados del día 2, los muros de sus amigos se empezaron a saturar de basura: 70% del contenido eran cosas que «le habían gustado» a Honan. Algunos dejaron de seguirlo. Otros se quejaron. Algunos le preguntaron si había sido hackeado. Incluso Facebook lo buscó para ver si no tenía algún problema con el sistema o si se estaba volviendo loco…

Concluye diciendo: «Intenté contar la cantidad de cosas que había marcado con «me gusta» mirando en mi registro de actividad, pero ya era demasiado abrumador. Yo había añadido más de un millar de cosas en la página de «me gusta» -la mayoría de los cuales eran repugnantes o en el mejor de los casos, banales. Por «gustar» todo, transformé Facebook en un lugar donde no había nada que me gustara. Para ser honesto, realmente no me gustó. No me gustó nada lo que había hecho.»

Así que, para mi, el caso está cerrado: si algo te gusta, compártelo, coméntalo o escribe «me gusta». No aprietes el famoso botón con la manita arriba.

Los interesados pueden ver la liga original (en inglés) a «I Liked Everything I Saw on Facebook for Two Days. Here’s What It Did to Me» en Wired aquí.

Imagen de hoy por heather buckley via Compfight

4 comentarios

  1. Mi estimado Gonzo, es muy interesante lo que expones en esta entrada aunque siento que como experimento (darle me gusta a todo) es un poco amañado. Aceptar todo sin discriminar nada, por supuesto que va a llenarte de basura Lo mismo que si te suscribes a cuanta lista de correo encuentes real o elwcteonico , o si le das tu número telefónico a todo aquel que te lo pida O si aceptas todas las solicitudes de amistad o muchas otras posibilidades. Si como experimento es bueno pero igual que poner una escalera a medio paso y sorprendernos por tantos que buscaron no pasar por debajo. Saludos, siempre un gusto leeete…

    • Cierto Germán… El experimento era un tanto exagerado por poco práctico; pero creo que en parte ese era su mérito. Saludos.

  2. Por esa razon Sir a mi no me gusta nada. La verdad entro a Facebook porque estoy alejada del mundo viviendo en medio de la nada y asi me entero de la vida de todos pero la verdad algunas occasiones me canso de ciertas personas que repiten postings de lo mismo over and over. ;). Saludos Hermanote!

    • Así es… Pero procura no apretar "me gusta", sino compartir y/o comentar y verás como "se limpia" tu muro: surgen más personas y menos anuncios. Te lo recomiendo. Abrazo doble.

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