Genio: pasión por las letras. Una reseña

Genio: Pasión por las letras

Genio: Pasión por las letras

A raíz del taller «Escribe Hoy» del miércoles pasado, me sugirieron ir a ver «Genio. Pasión por las letras». Como la película ya lleva un par de semanas en cartelera dudé que duraría mucho. La recepción ha sido relativamente pobre pese a su gran calidad. Así que me animé a romper rutinas: fui al cine el jueves por la noche-noche (función de las 10 pm). Y ni ocho horas después ya me tienen compartiendo una reseña.

La historia narra el fuerte encuentro entre Max Perkins y Thomas Wolfe. Perkins es un editor profesional quien trabaja en Scribner’s, una de las principales editoriales de Nueva York a finales de los años veinte del siglo pasado. Su más reciente descubrimiento es un apasionado y loco autor, Thomas Wolfe. Por supuesto, Perkins ya se había hecho de un nombre en la industria editorial, pues entre otros había descubierto a J. Scott Fitzgerald y a Ernest Hemingway.

Pero es con la llegada de Wolfe a su vida en que encuentra el hijo que nunca tuvo. Además, se encuentra un autor sin amigos, sin respaldo y ya rechazado por todas las demás editoriales. Y si, es genial; pero requiere de un fuete trabajo de edición. Para darnos una idea, en su primera novela cambian hasta el nombre del libro -tras una fuerte discusión. De una página dejan dos renglones. Al final, esa novela «El ángel que nos mira» será un éxito de librerías.

El exceso de genio.

Pero lo que guiará buena parte de la película es el segundo libro que Wolfe le presenta a Perkings. Cinco mil páginas. Y por dos años, dedican todas las noches y un equipo de secretarias para pasar en limpio, editar y entregar un volumen manejable  e interesante, «Del tiempo y el río».

Al final el éxito de Wolfe termina arruinando su vida personal. Se complica su relación con Aline Berstein. Y distancia a Perkins de su familia. Pero Wolfe vive con la sensación de que el editor «ha destrozado su obra». A pesar de los 35,000 ejemplares vendidos en un mes,  se distancian. Al final, Wolfe morirá de 38 años. Deja a la posteridad dos novelas póstumas y decenas de cuentos, relatos breves y compilaciones originadas a partir de lo que se editó para retirarlo de sus cuatro novelas.

La película es muy teatral. Tal vez por ser la primera película del director Michael Grandage. Él ha ganado el premio Tony por su trabajo teatral en Londres. A ratos parece más una colección de cuadros que una historia coherente. Aún así, vale la pena por la luz que pone sobre el trabajo de un buen editor.

El trabajo de edición, si se hace bien, no debe verse. Y si no se ve, poco se le reconoce. Pero su ausencia puede hacer de un libro brillante algo mediocre: el autor se niega a quitar lo que le sobra. Y vaya que es difícil hacerlo.

Acá les dejo el trailer de la película.  Colin Firth y Jude Law hacen un buen trabajo en los protagónicos. Ojalá puedan verla en el cine antes de que la quiten, o búsquenla cuándo llegue a otros formatos.

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Imagen de hoy: Cortesía de Diamond Films. Video desde YouTube.

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