Hay veces en que los cambios llegan sin esperarlo. Sabes que van a ocurrir, pero no cuándo ni cómo. Los esperas, los ves venir… y te pezcan por sorpresa cuándo llegan. No antes, no después: ocurren, estés preparado para ello o no.
Por eso hay que recordar que lo único permanente es el cambio, lo procures o no. Y si llega y no estás listo, puede ser terrible.
Y si no, fíjate en la foto que acompaña esta entrada: llegó la sequía, no estaban listos… y ya no están. O están en problemas.
En fin. Hoy nos llegó un cambio abrupto. Y si, estamos tristes y no del todo listos. Pero ya llegó y hay que actuar en consecuencia. Nos leemos hasta el siguiente… mes.
Gracias por sus buenas vibras, apoyos y comentarios.
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