Oscar: tan atípico como un 29 de febrero

Oscar: La gala del cine

Oscar: La gala del cine

Se realizó ayer la octagésima octava entrega del premio Oscar a lo mejor de la cinematografía. La Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas votó y tuvo a sus ganadores. Acá les comparto mis reflexiones sobre la entrega de un Oscar tan atípico como un 29 de febrero.

Y si, cabe recordar que al ser un premio en dónde sólo votan «los profesionales» de la industria y que uno de los requisitos para ello es ser parte de la misma, reconocido con un premio o estar en un rol de importancia -léase, «ser productor»- a veces se alejan los resultados de la preferencia del público: películas que esperaban grandes reconocimientos se van sin nada y a veces una obra «menor» bajo cualquier criterio puede salir con muchos reconocimientos.

Oscar mexicano.

Sin duda llena de gusto saber que Emmanuel «El Chivo» Lubezki se consolidó como el máximo fotógrafo de cine a nivel mundial: Ganó su tercer Oscar por «El Renacido». Anteriormente lo ganó por la fotografía de Birdman, obra en la que hizo largos planos en los que la cámara, sin corte, parecía entrar y salir del teatro, girando en torno a los personajes y haciendo un magnífico trabajo. Anteriormente también le mereció el premio su fotografía que simulaba estar en el espacio con Gravity. Ahora, un drama sobre la vida «en la frontera», con enormes paisajes naturales y secuencias de batallas le merecieron el premio.

Cabe destacar que uno de los factores clave para sus logros es la nueva tecnología: con cámaras pequeñas pero de alta sensibilidad, hoy se puede hacer lo que antes no era posible. En muchos documentales (y en las cápsulas que se pasaron ayer durante la ceremonia) sobre «cómo se filmó» se ve que es él, manejando la cámara con una sola mano, quien hace la mayor parte de los encuadres. Recuerdo esas viejas películas de Hollywood  o sus «detrás de cámaras» en que ves enormes grúas con contrapesos y cinco o seis personas para poder mover la cámara en un plano. Es decir, las nuevas tecnologías le ayudan, y con su sensibilidad y talento les saca jugo.

También da gusto saber que «El Negro» Alejandro González Iñarritu se ganó su segundo Oscar. El año pasado fue por Birdman – y el anterior fue otro mexicano el mejor director, Alfonso Cuarón-. Así que llevamos tres muy buenos años para el cine hecho por mexicanos aunque sea fuera del país. Y vaya que «El Renacido» no fue un trabajo fácil de filmar.

Oscar repartido.

También llamó la atención lo repartido que fue el premio Oscar: «Mad Max, furia en el camino» obtuvo seis premios, todos a cuestiones técnicas -vestuario, montaje, edición de sonido- aunque tenía el doble de nominaciones; «El Renacido» obtuvo tres: fotografía, dirección y actor, es decir, todos a talento personal, aunque contó con doce nominaciones. Además, en las principales categorías quedaron repartidos: Mejor actriz fue para «El cuarto»; mejor actor de soporte para «Puente de espías» y mejor actriz de reparto  para «La chica danesa». Y la mejor película también ganó el Oscar a mejor guión original, pero nada mas: eso obtuvo Spotlight. Es decir, cinco películas distintas se llevaron los seis premios de las principales categorías.  En otros años se repiten varios, pero salvo director-actor, no hubo otra película con dos premios grandes, a menos que se considere guión en ese grupo.

Entre los grandes perdedores, Sylvester Stallone, quien fue nominado por su personaje «Rocky Balboa» en Creed, cuarenta años después de su primera interpretación del papel. Decían que era el gran favorito, y no lo logró. Star Wars tenía cinco nominaciones, incluyendo la nominación número 50 para John Williams. ¡Si, una sola persona lleva 50 nominaciones y cinco premios ganados! Y no, tampoco anoche fue su noche. Cabe destacar que el mejor score original se le reconoció a Ennio Morricone, otro titán de la música del cine que tampoco lo había ganado. Y como dicen por allí, «¿Puede ser música original la séptima versión de una misma película?» No es fácil. Al menos el tema de Morricone, un western como ha hecho decenas, era original y poderoso.

Destacó también que, mediante segmentos pre producidos, aparecieron «Los Minions» para reconocer el mejor cortometraje animado -ganó «Historia de un oso», película chilena- y Buzz Lightyear y Woody de «Toy Story» aparecieron en su 20 aniversario para reconocer a «Intensamente» con el Oscar a mejor película animada. Unico premio para la casa Disney, que tenía bastantes nominaciones (y que lo ganó con su filial Pixar). También salieron a escena los robots de Star Wars, C-3PO, R2-D2 y el nuevo BB-8 en un segmento para reconocer a John Williams por su nominación 50. Es decir, no sólo de humanos fue la ceremonia, también de animaciones y robots.

Oscar racista inverso.

Lo peor del show sin duda fue la conducción de Chris Rock, quien tenía por tarea «defender» al premio de las acusaciones de falta de diversidad racial, ya que sólo actores blancos fueron nominados esta vez. Y aunque dos mexicanos lo hayan ganado -y a uno lo apoden «El Negro»- no bastó para atemperar las críticas, por lo que hicieron de la burla al supuesto racismo en contra de los negros algo recurrente. Pero de tanto y tan malo fue un exceso intolerable.

Tal vez el único momento simpático sobre eso fue cuándo, usando películas en las que participó Will Smith en distintos roles -director, actor, productor, etcétera- lo llamaron «un ejemplo para su comunidad y su gente» y luego agradecieron… a Jack Black, que también salió en las mismas películas, ha participado en otras en distintos roles y es un ejemplo para los latinos, o eso dicen ellos -además, claro, que de su apellido Black es «negro»-. Lo peor fue que Chris Rock metiera a las niñas exploradoras del grupo de su hija  a vender galletas… O sus constantes chistes malos sobre negros y diversidad racial. Mencionarlo en serio una vez, dar un único mensaje, decir un gag o meter un segmento hubiera bastado; hacerlo tanto, tan recurrente y hasta de mal gusto daña la causa más de lo que le ayuda.

En contraste, aunque no nominaran negros, ganaron mexicanos, veganos, homosexuales abiertamente declarados y, por primera vez desde su nominación original en 1993, Leonardo di Caprio ganó un Oscar como mejor actor. Lo dicho, se trató de una ceremonia del premio Oscar tan atípica como un 29 de febrero.

Imagen de hoy Karen McCown via Compfight

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