Recesión en puerta ¿miedo o pánico?

Recesión en puerta
Recesión en puerta

Citando al clásico Manifiesto del Partido Comunista: «Un fantasma recorre el mundo. El fantasma de la recesión». Y aunque los motivos son muy distintos, llama la atención que el mismo miedo esté en Inglaterra que en Alemania; en China que en Estados Unidos; que haya miedo en Brasil o en Argentina, por motivos similares aunque ideológicamente opuestos. Un régimen de extrema derecha y un potencial régimen de extrema izquierda en la misma región del mundo… tienen el mismo problema.

El tema es que hay una potencial recesión de alcance mundial. Y, por primera vez en mucho tiempo, la posible causa no es real. Es decir, en la de 2008 fue la crisis del sector financiero que quebró bancos, firmas de corretaje y calificadoras en todo el mundo. Ahora… es por miedo.

El detalle está en que si se hace un análisis racional, tal vez no hay motivos de fondo para que haya miedo. Pero en muchas ocasiones las olas, burbujas y corridas financieras son temas de emoción, no de razón. El único motivo es el miedo irracional de unos cuantos, seguidos por una mayoría.

Recesión ¿Qué es eso?

En términos técnicos de economía, una recesión ocurre cuando durante dos (o tres) trimestres consecutivos no se tiene crecimiento económico. Por eso cuándo en el último dato en México se dijo que había habido un crecimiento de 0.05% el gobierno festinó el dato: tras un trimestre negativo, un alza, así fuera tan menor, rompía la posibilidad de tener una recesión técnica en 2019: aunque los dos últimos trimestres salgan negativos, el dato se conocerá hasta 2020 y creen que la afectación será menor.

Si, además, la baja se mantiene durante cuatro trimestres o es demasiado pronunciada, se puede caer en depresión. Hay quien dice, medio en broma y medio en serio, que «una recesión ocurre cuándo tu vecino pierde su trabajo; una depresión, cuándo tú pierdes el tuyo». Hablando en datos duros, hay casi 750,000 mexicanos que este año han perdido su empleo formal. Y aunque el gobierno dice que con casi 350,000 becarios eso se compensa, la verdad es que no es igual.

En el 2015 les comenté por qué una «crisis de liquidez aparente» me permitía anticipar un cierre de año complicado. Les confieso que, aunque no es la misma herramienta, este año pinta aún peor. Aunque el Banco de México baje la tasa interbancaria en un cuarto de punto.

¿Miedo o pánico?

La cuestión aquí es que es la primera vez en que una «atonía» (falta de fuerza) de la economía ocurre a escala global, aunque por causas muy diferentes. Esa puede ser la diferencia entre miedo y pánico:

  • En Reino Unido de Gran Bretaña el tema es si van a salir de la Comunidad Europea -como lo mandató el voto de la población en el referéndum sobre el Brexit- por las buenas o por las malas. Las buenas implicaría que, aunque deje de ser miembro de pleno derecho, tenga muchos beneficios, como autorización para laborar y aduanas simplificadas. Pero por las malas, si Europa le condiciona a tener más frenos, incluso Escocia o Irlanda podrían optar por quedarse en Europa y dejar el Reino Unido.
  • En Alemania el tema es que Angela Merkel, canciller de ese país desde 2005, ya no se presentará a la reelección, tras lo difícil que le fue construir una coalición en la última elección. ¿Habrá alguien capaz de construir un liderazgo sólido en ese país y para conducir Europa? No se ve fácil.
  • En Estados Unidos la guerra comercial con China y la baja en los ingresos fiscales debido al programa de reducción de impuestos a los ricos ya les está pasando factura. No será fácil mantener el balance.
  • Canadá pidió una moción de censura contra su primer ministro, Justin Trudeau, acusándolo de violaciones éticas por permitir (y hasta recomendar, no está claro) que una empresa canadiense pagara un soborno para obtener un contrato en Libia.
  • En China hay límites al crecimiento, en parte por la pérdida del mercado norteamericano, pero en parte también por la caída en el mercado interno. Es decir, aunque hay regiones que crecen a dos dígitos, hay amplias zonas del territorio que están estancadas o en decrecimiento. Esto en parte por la política de «un solo hijo» y por la migración interna.

¿Y Latinoamérica?

Acá los temas son parecidos, aunque las causas sean distintas. El factor común es una pérdida de confianza… con bastantes motivos para creerla. Aquí algunos:

  • Venezuela. Con una inflación multimillonaria y los precios del petróleo relativamente bajos, acompañado por un régimen debilitado, no se vé cómo saldrá de su crisis.
  • Argentina. Que en la pasada elección primaria la ex presidenta Cristina Kirchner ganara la nominación a la vicepresidencia hace que la siguiente elección sea entre malo y peor. Eso causó una devaluación del 30% y una caída de la bolsa de 50% en un día (aunque luego se compensó un poco).
  • Brasil. Los programas del populista de derecha Bolsonaro está acercando el fantasma de una recesión: posible recorte en extremo es el riesgo.
  • México: ¿Qué les cuento? Ustedes lo viven.

Yo diría que no hay motivos reales para preocuparse. Pero hay causas emocionales. Tengan precaución, pero no pánico. (Digamos que no pidan un crédito hipotecario a menos que sea a tasa fija y no usen los «meses sin intereses» para comprar cosas cotidianas).

Imagen de hoy: Recession Key por Mike Lawrence en CreditDebitPro (Página en https://www.creditdebitpro.com/)

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