Vive… Y no solo en el recuerdo, dicen.

Vive... y no solo en el recuerdo. Memorial  Memorial New York Nyc  - Totskie_69 / Pixabay
Vive… y no solo en el recuerdo

Aunque creyeran que no… este blog aún vive, y no solo en el recuerdo, dicen. Es cierto que desde el 3 de agosto no había publicado. Y que incluso los correos automáticos dejaron de salir -porque no hay entradas nuevas-. Y manuales… pues salvo un par que mandé para ciertos avisos, tampoco.

Así que aquellos que ya festinaban la desaparición de este esfuerzo de más de diez años… pueden esperarse otros muchos años (confío). Por lo pronto, estamos de vuelta. Y aunque me gustaría contarles que se debió a que libramos una batalla épica investigando el origen del COVID y su vacuna consecuente… la verdad es que los motivos son más mundanos que eso.

Vive… aunque medio atontado.

Algunos lo saben, otros no. En los primeros días de agosto, WordPress -el software utilizado en este blog- tuvo una actualización automática masiva. Cambió la forma en que operaba. Pasó de ser un procesador de textos «simple» a un ambiente de programación en bloques altamente responsivo. Esto es, ya sabe que no es lo mismo que nos lean en un celular pequeño, en uno grande, en una tableta o en una televisión enorme. Y a cada uno debe darle su propio tratamiento.

En realidad Gutenberg, la nueva versión, ya tiene más tiempo. De hecho, empezó en 2018. Pero se podía trabajar bastante parecido a lo que había hecho por años. Sí, podías definir comportamiento de ciertos bloques de manera contextual. Pero se fue haciendo cada vez más obligatorio. Y en agosto, ¡Zaz! ya era algo totalmente diferente.

El problema es que arruinó más de uno de los complementos clave. Por ejemplo, el que incluía las imágenes con los créditos correspondientes. O el que decía si estaba escrito óptimamente. O el que genera respaldos. Incluso, el que comparte en redes sociales. Es decir: todo lo realmente importante. Algunos otros no tenían problemas, pero prácticamente no se usaban.

No solo en el recuerdo.

Dice el refrán que «perro viejo no aprende trucos nuevos». Y algo tiene de cierto: Una vez que tienes un flujo de trabajo, cambiarlo es un problema. Y más si ya lo tienes bien estructurado. Les doy un ejemplo: De la selección del tema, el título, las imágenes, las secciones, los textos y las ligas a la imagen me tomaba, en una entrada normal, hasta 30 minutos. Nunca más de eso -excepto cuándo el texto excedía las 500 palabras-.

Bueno, con la nueva actualización y el colapso de las herramientas listas, solo «buscar la imagen» me tomó más de 30 minutos. Claro que parte de ese tiempo fue en reconfigurar herramientas y cambiar otras. Digo, como todo ajuste mayor toma tiempo y tendrá errores.

El lunes, que regrese a la periodicidad habitual -lunes, miércoles y viernes- les contaré más sobre lo que me tuvo ocupado y lejos de esta pasión durante mes y medio… Los espero.

Imagen de hoy: Totskie_69 / Pixabay

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