Hay momentos en que parece que surgen modas que no tienen una causa común. Sí, a veces es obvio: cuándo un estudio preparaba HormiguitaZ otro hacía Bichos. La apuesta es que el público «piense» en una película sobre insectos que le recomendaron, se confunda y vea ambas. O bien, vea una en vez de la otra. A veces, es por la temporada: estamos a unas cuantas semanas de llenarnos de películas de Navidad, al tiempo que dejamos de lado las películas de terror. En años de Mundial hablamos de fútbol; en años de Juegos Olímpicos, de otros deportes.
Hay veces en que las modas surgen de repente e igualmente se apagan. Como con los cubos de Rubick, las pelotas para la tensión, con Pokemón Go o recientemente con los juegos de Fornite. Este Halloween abundaron los payasos -sea Joker o Pennywise– y los disfraces basados en Marshmellow DJ o basados en The Purge. Son modas, pues.
Hay otras que surgen como más naturales, más orgánicas. La canción de Baby Shark, que empezó como un mero divertimento para un bebé, de tan absurda «pegó». Y lo hizo al grado de que el equipo de The Nationals lo adoptó como su porra oficial durante la más reciente serie de campeonato de la liga de béisbol de Estados Unidos.
Me acordé de aquella entrada (¡de 2011!) sobre el desarrollo del cálculo diferencial e integral. Resulta que Newton y Leibniz buscaban resolver el mismo problema al mismo tiempo. Cada uno tenía su propio enfoque y, al final, ambos llegaron a una solución válida. El detalle es que la de Leibniz se adoptó en el Continente Europeo y la de Newton en Inglaterra y sus colonias. Al final, nos quedamos con el método de Newton en la notación de Leibniz. O sea, solución a medias. Lean la entrada Ideas Originales para saber por qué.
Modas: Hernán.
Estos días he visto la ciudad llena de publicidad de la nueva serie de Amazon Prime, Hernán. Supuestamente es un enfoque diferente a la vida de Hernán Cortés, el conquistador del imperio azteca. Quesque en cada episodio se aborda la percepción que de él tuvieron distintos personajes cercanos a él. La serie estrena mañana 21 de noviembre, así que les daré una opinión pronto.
Pero me preocupa una cosa. Como saben, este año el NaNoWriMo lo estoy haciendo sobre La Herencia de Cortés, continuación de El Tesoro de Cuauhtémoc. Y aunque ya rebasé las 32 mil palabras -de una meta de 50 mil- tengo un miedo. Que Cortés se ponga de moda, y por tanto, muchos quieran saber más del personaje. Pero que luego comparen mi obra con lo que acaban de ver en la tele.
Al final, podrán decir que «lo copié». Que nada de lo que pongo se me ocurrió antes, sino que es parte de «las modas sobre Hernán». O que parezca que llegue al tema después. De poco servirá decir que hice esto desde 2016, que el enfoque es diferente y que se abordan cosas que pasaron después de la Conquista.
Quedaré atrapado en las modas de hablar de manera distinta de personajes históricos. De traer un enfoque distinto y menos grave. Al menos, espero, que haya más personas con la curiosidad suficiente para leer del tema. Aunque, al final, TV Azteca y sus socios de Amazon Prime acaben dominando el tema.
Imagen de hoy: ‘Hernando Cortes landing in Mexico in 1519, met by natives; with foliate borders and a portrait of Cortes in a medallion.’ por The British Library
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