Solo no estás (o al menos eso dicen…).

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Solo no estás

A raíz de las entradas anteriores (sobre aprender de nuevo y sobre la depresión), más de una persona se acercó -en el mundo real o a través de las redes- para decirme «solo no estás. Me siento igual… paso por lo mismo». A final de cuentas, no es un consuelo como tal, pero ayuda saber que es parte de la condición humana.

Claro que hay quien lo ha hecho discreto: «ánimo, si se puede» y quien fue más dramático: «es que estabas en un infierno y ya empezaste a salir». Algunos me recordaron soluciones que ya he aplicado en el pasado. Incluso, algunas de las que les he escrito aquí, como bajarle al consumo de pan -que inflama y aletarga-. Otras de las que les he platicado y ayudado a algunos a empezar -como los Tandacetes vía Cetes Directo-. Unos más me recuerdan oraciones, libros o hasta mis propias frases famosas…

Lo importante es que no me dejaron ni solo ni continuar en la tristeza. Lo que quedó muy claro es que hablar es el primer paso para resolver el problema, sea anímico, monetario, laboral, personal o lo que sea.

Solo no estás…

Me han recordado que, cuándo te abres a los demás, puedes encontrar soluciones más fáciles. No estás solo, a menos que decidas encerrarte. Bloqueado en tu interior no llegarás muy lejos. Pero solo no estás… a menos que quieras estarlo.

Entre las ideas que me reiteraron, acá les dejo algunas:

  • Anota las cosas buenas que tienes, las bendiciones, los momentos felices. Centrarse en lo malo lo agranda y lo complica. A veces hasta sentarte a pelar chícharos puede hacerte muy feliz. Depende la actitud y la compañía.
  • Nada es fatal, salvo la muerte. E incluso los cambios que puede ocasionar en una vida pueden servir para mejorar y vivir mejor.
  • No abandones del todo los proyectos. Si piensas opciones, encontrarás cómo mejorarlos. Con algo de práctica, podrás reducir tus tiempos y hacerlo mejor. Es cosa de abrirse al cambio.
  • Se vale estar triste. Disfruta el dolor o la tristeza. Pero no te quedes a vivir allí. Es parte de la experiencia humana. Vívela. Definitivamente no hagas que sea tu única experiencia.
  • Las dificultades técnicas se arreglan técnicamente. Si no sabes cómo hacerlo, investiga, averigua, pide ayuda al experto. Las dificultades humanas se resuelven humanamente. No intentes aplicar rectas técnicas a problemas humanos.
  • No te rindas. Mientras no te rindas, todo tiene solución. Aunque tengas que cambiar algo: pareja, trabajo, ciudad, país, actitud… El cambio puede inducir una mejora. No tengas miedo. A veces hay que «matar la vaca«. ¡Y tú lo decías desde 2015!

En fin. Ahogarse en un vaso de agua no es un buen plan de vida. Y dejar de salir al mar de oportunidades por miedo al fracaso también aleja del éxito. Con eso en mi mente y mi corazón, es momento de hacerlo diferente.

Gracias a todos los que se han comunicado y han estado al pendiente. Ya les diré las consecuencias de hacer las cosas distintas. Y si requieren a alguien con quién platicar de sus problemas… acá estoy. Pueden empezar dejando un comentario en la entrada.

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